La Señora Sixta, una superviviente

La Señora Sixta (en la primera foto con camiseta rosa), nació en Cuzco.
Era una niña cua cuando comenzó la masacre de Sendero Luminoso y demás grupos terroristas.
Su familia se vio obligada a sacarla de la ciudad en secreto para salvar su vida, mandándola en dentro de una caja a una ciudad cercana. Nunca supo quien era su familia, nunca tuvo a nadie que la reclamara y creció de la caridad.


Treinta años después, sigue sin papeles aunque acaba de conseguir su DNI peruano. Sus dos hijos están escolarizados y asisten a manitos .

En la casa de Doña Sixta está la Ludoteca de los Angelitos. No tiene nada más que esa casa, y cedió la mitad de la superficie para hacer la ludoteca.


Manitos la ayudó construyendo una habitación de adobe en la parte interior de la misma, porque se morían de frío por la noche. Se abrigaban solo con cartones en el desierto dentro de una chabola hecha de esteras...

Cuando le construyeron la habituación de adobe no paraba de repetir, “muchas gracias, nunca pude imaginar que algún día tendría una casa de adobe”.

Incluyo algunas fotos de los niños (y no tan niños) jugando en la ludoteca.

Los años oscuros de Perú.

En 1980 Sendero Luminoso nació como una organización violenta que quería alcanzar el poder político. Los ciudadanos, en su mayoría, no tenían formación, por lo que fue fácil adherir a campesinos a su causa. Comenzó con atentados a iconos de poder como dirigentes políticos, policía , maestros y curas, aunque pronto se extendió al la ciudadanía civil.

Para contrarrestar su efecto, la policía organizo grupos armados muy sanguinarios, que ejecutaban a cualquiera que fuese sospechoso. El mero hecho de ser un campesino que no se había identificado claramente con una de las dos organizaciones, lo convertía en un blanco para ambas organizaciones, llegando a exterminar pueblos completos de campesinos.



Miles de personas murieron sin ningún tipo de impacto popular hasta que una bomba en Lima mató a 20 ciudadanos de clase alta. En este momento comenzaron las movilizaciones contra la violencia.Las matanzas duraron aproximadamente 20 años (1980 – 2000), y miles de familias y pueblos completos perecieron arrasados por la sin razón. Casi 70.000 personas perdieron su vida.


Cerca de la asociación, hay una escultura y una placa que conmemoran la fecha en la que se firmó el tratado que puso fina tantos años de violencia, así como las vidas que se perdieron. Acompañamos a los voluntarios de Manitos a hacer una ofrenda de flores y una vela el día 30 de agosto, como hacen cada año.En la pared que explica la historia en manitos versa esta frase: “el pueblo que desconoce su historia, está condenado a repetirla” . Ojalá eso nunca suceda.